El coronavirus pone contra las cuerdas al ocio nocturno en Sevilla

Sevilla
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La «nueva normalidad» que se ha implantado hasta que se halle una vacuna que ponga solución al Covid-19 ha puesto contra las cuerdas al sector del ocio nocturno que, en Sevilla, tiene un peso específico como alternativa al calor del verano y genera cientos de puestos de trabajo. La pandemia obligó a las autoridades sanitarias a plantear un escenario que es incompatible con el producto que habitualmente ofrecen los locales de ocio. Las terrazas de Sevilla se readaptaron como bares de copas con servicio en mesa, distancias de seguridad y otras medidas de higiene que permitieron a estos establecimientos al menos compensar los gastos de apertura.

Sin embargo, la proliferación de los brotes en distintos puntos de Andalucía y que, en algunos casos, han estado ligados al ocio nocturno, ha hecho que la Junta de Andalucía endurezca las normas para estos negocios que, ahora, se ven heridos de muerte ya que sólo pueden abrir hasta las tres de la madrugada. Según apuntan fuentes consultadas del sector, en ciudades como Sevilla, en verano, los clientes no acuden en horario de tarde por el calor y sí lo hacen a partir de la medianoche, por lo que el horario de venta es tan corto que no les resulta rentable.

Esto ha provocado que terrazas conocidas como Rosso (Antique) o Casino hayan decidido echar el cierre, no sólo ante la falta de beneficios por la merma de público, sino también porque a esto se le suma que el producto que ofrecen no se parece en nada al que los clientes estaban acostumbrados.

Óscar Carracedo, responsable de Casino, ha decidido que la terraza nocturna no volverá a abrir si la normativa sigue siendo tan restrictiva. «Estábamos facturando entre el 20 y el 30% respecto a otros años y con eso el negocio no se mantiene, es un drama». Además, se queja de que, «en lugar de apoyarnos, se nos ha criminalizado y se nos ha usado como conejillos de indias por las imágenes de esos chiringuitos de playa que no cumplen las normas, que además provocan miedo en la clientela».

Pese a haber cerrado la terraza, Casino va a seguir sirviendo como cafetería del teatro Lope de Vega durante la Bienal de Flamenco y para otros eventos de catering.

Carracedo suma otra causa al cierre de la terraza: «Todo depende de un policía que tome una opinión subjetiva y eso es un alto riesgo que no podemos correr, como también el hecho de que una persona pasada de copas se pueda descontrolar y hacer un vídeo de diez segundos que no representa el resto de las seis horas que dura la noche, y tienes el lío montado».

El dueño de Casino entiende que lo que hasta ahora estaban ofreciendo estaba «agrediendo» a la propia marca, ya que lo que ofrecen es «diversión y baile» y se habían convertido en «un bar como otro cualquiera». Pese a ello, respeta al resto de locales que han decidido permanecer abiertos «porque son unos valientes y es muy honorable».

Entre estas terrazas que siguen abiertas se encuentran Iguana y Bilindo. Antonio Hoyos, responsable de ambas, recuerda que «sólo el 6% de los brotes que están apareciendo tienen relación con el ocio nocturno». Su opinión coincide con la de Carracedo: «La noche ya no es atractiva en el momento que ponen tantas limitaciones. Luego está el aforo, reducido al 75% pero que, a efectos reales, se queda en un 25% con las mesas y sillas y las distancias de seguridad». De esta forma continúan abiertos ambos locales aunque «estamos pediendo -indica- porque no tenemos ni hora ni capacidad de venta», por lo que considera que «aguantaremos mal mientras podamos».

Un verano perdido

Para estos establecimientos, el verano es la época de mayor rentabilidad. Sin embargo, este año los responsables de estos locales lo califican como «perdido». Martín Maíllo, propietario de Premier Garden, en el Prado, asegura que «nos estamos adaptando pero no es rentable porque a la reducción drástica del aforo, las medidas higiénicas comprensibles y justificables se le ha unido el recorte de horas de venta». Ya de por sí, insiste, «sin música, servicio en mesa y las prohibición de las cachimbas -que son una fuente de ingreso importante- el producto no es el mismo», pero «estamos subsistiendo aguantando el chaparrón y, en el momento que tengamos más gastos que ingresos, echaremos el cierre».

Maíllo ve un futuro próximo aún peor para el sector, ya que las discotecas de invierno están prohibidas y no tienen las mismas posibilidades para readaptarse. «Somos un sector que da puestos de trabajo, una imagen divertida de la ciudad que es parte de su éxito turístico, por eso pedimos que la Administración sea consciente de lo que ocurre y, aunque lo primero es la salud, hay formas de convivir y de sostener la industria».

Por su parte, Alfonso Maceda, presidente de la patronal del ocio nocturno en Sevilla y propietario de la terraza Alfonso aclara que «abrir para una hora y media no es rentable». Esto, en relación a que «en Sevilla el postre nos lo tomamos a las 12 y la gente no llega hasta la 1 o 1.30 horas». En Alfonso van a probar este segundo fin de semana tras la entrada en vigor de la normativa para valorar la situación. Hasta ese momento, venía vendiendo un 40% menos que el verano pasado, pero ahora están en un 10 o 20%.

Maceda defiende que, aunque habrá quien incumpla, «es contra ellos con los que tiene que ir la Administración. No se puede machacar a todo el sector. Esto es como si hay un caso en una oficina, no se pueden cerrar todas». Asimismo, cree que en Andalucía la situación está «muy controlada» y recuerda que en el brote de Córdoba, «el grupo principal venía de una cena previa y sólo se habla del contagio en la discoteca».

El coronavirus pone contra las cuerdas al ocio nocturno en Sevilla es un contenido original de ABC de Sevilla

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