Los vídeos inéditos de la tragedia de Murcia: «Se quema la discoteca por dentro: ¡Vengan ya!»

La madrugada del 1 de octubre la desesperación llevó a clientes de la Fonda Milagros a intentar entrar a esta sala de ambiente latino, para rescatar a sus amigos y seres queridos que no pudieron huir del fuego. Así lo ponen de manifiesto los vídeos inéditos de la tragedia de Atalayas que obran en poder de la Policía Judicial y donde varios clientes sujetan a una mujer que lucha por acceder a la discoteca para buscar a alguien, pero por la puerta ya sale una densa columna de humo negro que solo es cortada por la luz de los móviles de los porteros, tratando de iluminar la salida, para ver si alguien más logra escapar de un local convertido en el mismísimo infierno.

La Policía Nacional está desarrollando una investigación titánica para determinar con exactitud cuál fue la causa del incendio y dónde se desató: en la Discoteca Teatre o en la Fonda Milagros donde murieron 13 personas inocentes. Para ello está analizando hasta el contenido de las 27 llamadas que recibió la centralita del 112, desde las seis en punto de la madrugada hasta las 7 horas y 50 minutos, debido a que la columna de humo se divisaba desde varios puntos de Murcia. De hecho, los vecinos seguían alertando desconcertados de un incendio desde la avenida Miguel de Cervantes, el Barrio de La Fama, la pedanía de Zarandona…

Los avisos más llamativos se produjeron en las tres primeras llamadas al 112. Todas ellas fueron realizadas por clientes y empleados de Teatre, donde aquella madrugada del 1 de octubre se utilizó una máquina de fuego frío que habría sido comprada en AliExpress, para ser empleada durante la fiesta: ‘We Are Remember’. El citado equipo escupía llamaradas hacia el techo de la sala, justo al lado de una plataforma habilitada para que pinchasen los DJs donde había una estructura con focos y cables.

EL ESPAÑOL ha accedido a esos audios que evidencian que la tragedia supuestamente comenzó en Teatre y se propagó a la sala contigua: Fonda Milagros, con la que compartía conductos de ventilación y una pared de pladur. Las llamadas ponen de manifiesto que el miedo se extendía en Atalayas con la misma rapidez que el fuego que elevó la temperatura de ambas salas por encima de los 1.000 grados centígrados. 


Siniestro de las discotecas de Murcia.

– Operadora 112: Hola. ¿En qué le puedo ayudar?

Testigo 1 del incendio: Hola, por favor, ¿me puede mandar a los bomberos a la Discoteca Teatre?

Operadora 112: ¿Qué ocurre?

Testigo 1 del incendio: No sé, una persona que le han tirado fuego y está ardiendo.

Operadora 112: Pero escúchame: ¿eso qué es? Una persona está ardiendo por dónde…

Testigo 1 del incendio: Una persona no, no sé lo que han tirado que están pegando fuego.

Operadora 112: ¿Qué es lo que se quema?

Testigo 1 del incendio: Se está quemando la discoteca por dentro, por favor: ¡Vengan ya!

– Operadora 112: ¿En qué le puedo ayudar?

– Testigo 3 del incendio: Hola, mira, estoy aquí en la Discoteca Teatre de Murcia.

– Operadora 112: Sí, escúchame, tengo el aviso. ¿Sabes lo que se está quemando?

– Testigo 3 del incendio: Sí, justo encima del Dj y creo que se está expandiendo.

– Operadora 112: Se está quemando la zona de encima del Dj. ¿Habéis salido todos?

– Testigo 3 del incendio: Sí, creo que sí.


Los clientes desalojados de la Discoteca Teatre filman cómo las llamas devoran la cubierta de la sala.

Por desgracia, no todo el mundo estaba fuera. En los vídeos inéditos que ha analizado la Policía Nacional hay material que prueba cómo había un grupo de personas charlando tranquilamente en la puerta de Fonda Milagros, mientras entraban nuevos clientes a esta sala latina, a pesar de que el humo ya se veía por encima del techo de la Discoteca Teatre y parte de su clientela empezaba a salir a la calle Isla Cristina. Incluso una de las personas alerta de lo que está pasando: «Huele a quemado».

En uno de los dos atestados que la Policía Judicial ha enviado al Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia, los investigadores remarcan la existencia de testigos directos del incendio. Tales como Edwin M. M.: un ecuatoriano, de 33 años, que aquella madrugada estaba en la zona de palcos de la Discoteca Fonda Milagros donde se registró el mayor número de fallecidos. Edwin estaba celebrando junto a su pareja, Madeline, y otros cinco allegados, el cumpleaños de su amigo Joel, cuando asegura que empezó a notar un olor a «pólvora» sobre las seis de la madrugada.

«Al regresar del aseo, hacia mi palco, olí a pólvora o a chamusquina, poco después se apagó el sonido. Me asomé al pasillo que hay en la zona que linda con la estructura de la Discoteca Teatre, mediante una pared de pladur, para ver qué pasaba, y observé humo en dicha pared. Así que se lo advertí a mis amigos: ‘¡Un incendio!'», tal y como relata este ecuatoriano. «Comenzamos a salir del palco, en dirección a la puerta de salida de la planta baja, y nada más llegar al inicio del pasillo, las luces se apagaron totalmente, entrando un humo muy denso, pero no observé llamas […]».

La misma versión ofrece Madeline A. C., pareja de Edwin: otra superviviente de la zona VIP sobre la que cayó parte del techo de la sala. «Había un incendio, salimos del palco donde estábamos, se apagaron las luces, pero pude observar mucho humo en la pared colindante con la Discoteca Teatre«, según asegura esta ecuatoriana, de 29 años. «Pude ver una llamarada que salía como de la pared, llegando a quemar el pelo de mi amiga Valeria». Madeline detalla a la Policía Nacional que incluso vio subir a un animador de la sala hasta los palcos, equipado con un extintor: «Llegué a escuchar que gritaba a lo lejos: ¡No sirve!, ¡No sirve!»

Los investigadores muestran interés en los interrogatorios realizados sobre si se utilizó pirotecnia en Fonda Milagros. Prueba de ello es que Elvis S. M., otro de los asistentes a la fiesta de cumpleaños de Joel que se celebraba en un palco, asegura a la Policía Judicial que no hubo fuegos de artificio: «No vimos en ningún momento elementos pirotécnicos, bengalas, o ningún otro tipo de artilugio que pudiera provocar el fuego».

Las cámaras de seguridad filmaron el despliegue de camiones de bomberos para sofocar el incendio de Teatre y Fonda Milagros.


Las cámaras de seguridad filmaron el despliegue de camiones de bomberos para sofocar el incendio de Teatre y Fonda Milagros.

Elvis relata que «de un momento a otro» se desencadenó el incendio y la temperatura de la sala comenzó a subir como una olla a presión. «Escuchamos que la gente gritaba: ‘¡Salir!’ Entonces, apagaron la música, y decidimos salir del palco. Al girar la esquina, notamos mucho humo, muy negro, que no nos dejaba ver. Las paredes quemaban y vimos llamas en el pasillo. Tuve que coger a mi pareja, Joselyn, para sacarla de la discoteca. Vimos fuego en el tramo del pasillo pegado a la Discoteca Teatre«.

La Policía Judicial no ha concretado ni las causas del incendio ni su origen porque al margen de la famosa máquina de fuego frío de Teatre, también barajan como hipótesis que las llamas se desencadenaron en la cocina de la Fonda Milagros: una sala donde en otras ocasiones se han producido fallos en su sistema eléctrico, incluso algún cortocircuito. Todo ello, a tenor de las declaraciones de otros testigos directos que precisamente estaban en esta sala de ambiente latino en el citado cumpleaños de Joel. 

El análisis de la distribución del fuego en Teatre y Fonda Milagros que realiza la Policía Nacional


El análisis de la distribución del fuego en Teatre y Fonda Milagros que realiza la Policía Nacional

Valga como botón de muestra lo que el famoso Joel G. cuenta que divisó desde su palco en Fonda Milagros: «En un momento determinado, Edwin, indicó que estaba en la zona de ventiladores y olía mucho a humo y podría haber un incendio […]. Hubo un cortocircuito y se apagó la luz […]. Me asomé al palco y vi el humo que bajaba desde la zona de la cocina de la parte alta, hacia abajo. Pensé en saltar o salir por el pasillo, pero finalmente decidí ir por el pasillo […]». 

Un relato similar ofrece Katerin N. que aquella madrugada estaba buscando a su pareja sentimental por la Fonda Milagros: «No encontraba a mi novio, subí las escaleras y de repente, a la altura de la zona de la planta superior, donde venden comida, se apagaron todas las luces. Un segundo después, todo comenzó a llenarse de un humo muy denso que no dejaba ver ni respirar». La lectura del atestado provoca un nudo en el estómago porque los testigos aseguran que el desalojo fue muy accidentado, con gente que agarraba y daba empujones para salir, mientras otros clientes terminaban tirados por el suelo abandonados a su suerte.

El desalojo se convirtió en una cuestión de ‘sálvese quién pueda’, pero lo peor de todo es que algunas clientas como Valeria C. O. sostienen que se pudieron evitar las 13 muertes, en caso de haber alertado con antelación a los clientes o de haberse accionado algún sistema de emergencias en Fonda Milagros: «Me sorprende que a las 5.49 horas existan vídeos bailando en el palco y a las 6.05 horas ya hayan vídeos fuera, grabando el incendio, lo que me hace pensar que el fuego llevaba ya tiempo y nadie nos avisó«.

«Quiero hacer constar que en la Discoteca Fonda Milagros suele saltar la luz, quedándose a oscuras y como ya es costumbre, la gente seguía bailando y cantando. Por eso, cuando se fue la luz, la zona de abajo ya se había desalojado, pero los de los palcos gritaban que encendiesen la luz. Creo que no se preocuparon de avisar a los clientes de los reservados de arriba«, según subraya Valeria a la Policía.

«No sonaron alarmas, ni agua del techo, ni se iluminó ninguna luz de emergencia para ver las salidas o caminos de emergencia», según lamenta esta ecuatoriana, de 36 años. «Cuando salimos, ya estaban los bomberos, por lo que el fuego tuvo que producirse mucho tiempo antes y no a las seis de la madrugada como dicen. Creo que estuvimos mucho tiempo en los palcos, sin ser avisados del incendio, incluso cuando ya estaba desalojada la discoteca». 

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