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¿Cómo se puede definir la Ruta del Bakalao? Yo, desde luego, no puedo hacerlo. Pertenezco a una de las añadas más jóvenes de los millennials. De hecho, nací cuando ya decaía. Lo poco que ha llegado a mis oídos de aquel momento es que se concentró en Valencia, que a la gente se le hacía de día bailando de manera frenética y que el éxtasis era la droga de moda en las discotecas. Y, por supuesto, si tuviera que decir una canción de esta época sería la famosísima Así me gusta a mí, del gran Chimo Bayo, que ha cumplido ya los 58 años de edad.
La de «ésta sí, ésta no, ésta me gusta me la como yo» no es la única canción del dj. Sin embargo, es la que más ha sonado en discotecas, radios e, incluso, jingles reversionados para televisión. Bayo es, probablemente, la figura más icónica de la Ruta del Bakalao y, por tanto, una de las personas que pueden explicarla mejor. Las imágenes de entonces muestran a un hombre con una larga melena negra bajo una gorra roja y unas gafas de sol con dos linternas incorporadas a las patillas.
Ahora ha cambiado. De hecho, nada más verme en una fiesta noventera organizada por Mahou rompe el hielo con una broma en este sentido: «¿Vienes por Chimo Bayo? ¿Le llamo?», con una gran convicción que te hace dudar aunque hayas registrado su Instagram de cabo a rabo. Chimo sigue llevando gafas de sol en los interiores, pero no queda rastro de su larga melena. Al igual que la idea que tenía sobre la Ruta del Bakalao, creía que iba a dar con un dj frívolo y algo pasota. Sin embargo, Chimo Bayo es agradable y sorprendentemente serio cuando la situación lo requiere. «Soy una persona muy accesible, ¡me crié en la Ruta del Bakalao, qué cojones!«, diría unos minutos después.
Los jóvenes, las drogas y la ruta
Para muchas personas, la Ruta del Bakalao no tuvo nada de cultural y se vio empañada por las drogas y por episodios trágicos, siendo el más famoso de ellos el crimen de Alcàsser. Sin embargo, Chimo Bayo se considera un defensor de aquel momento, para él la Ruta del Bakalao fue «el último movimiento espontáneo masivo en busca del hedonismo y la libertad, y, en mi caso, un momento de creación. Si no hubiera existido, habría que haberla inventado».
El dj asegura que la primera generación tras la Transición quiso romper con la que le precedía. «La gente pensaba en trabajar, en casarse y en comprar una casa. Tampoco era tan importante tener un piso, era mucha presión para la gente«. Chimo Bayo suele decir que aquellos jóvenes cambiaron «el ajuar por el ‘hu há’. Yo creo que es muy importante conocerte a ti mismo antes y la persona con la que casarte la encontrarás poco a poco».
¿Qué piensas cuando te dicen que incitaste a las drogas con el tema Así me gusta a mí? [La canción decía «exta sí, exta no», en una clara alusión al éxtasis]
Me parto de risa. Yo creo que lo más bonito es que la gente interprete lo que quiera: la gente mayor no sabía, los jóvenes se reían y a los nanos les hacía gracia el «esta sí, esta no». Al final la autocensura es a veces interesante para crear. Ahora se dice todo muy claro y no me parece mal, pero claro, como tengo una educación clásica, he intentado ser más sutil. Con 30 años todavía decía eso de «¿qué va a pensar mi madre si hago esto?». El respeto a las personas mayores y a ti mismo perdura más que decir cosas de manera muy clara y muy directa. Yo soy más sutil y más elegante, por supuesto.
¿Por qué se relacionó tanto la Ruta con la droga?
Bueno, es que cuando hay 60.000 personas moviéndose en una zona de unos 50 o 60 kilómetros es normal que surjan este tipo de cosas. Hombre, viendo lo que ocurre en un partido de fútbol que hay que invertir un montón de dinero en seguridad para que no se maten. En aquella época había mucha empatía, que es lo que creo que se ha perdido. La gente empatizaba mucho y, como todo el mundo sabe, tropezabas con alguien y, si te tiraba la copa, te invitaba a otra y al final os hacíais amigos. Ahora si tropiezas con alguien no esperas tanta empatía. Éramos personas con una educación muy clásica, pero éramos transgresores. Y ahí está el secreto de esa generación: educación y transgresión junta.
«La música me salvó dos veces»
Chimo asegura entre risas que, aunque mucha gente que vivió la ruta dice que no recuerda nada, él si se acuerda. Para él fue un momento divertido, en el que aprendió de música y «a saber tratar a la gente por la noche y ser elegante por el día». La música le salvó dos veces: la primera, después de sufrir un accidente que le apartó de ser piloto de competición de motocross, y la segunda, trabajando en la Ruta del Bakalao con el público. «Me tenía que controlar, no beber mucho, no fumar en una época en la que en las discotecas se fumaba de todo. Hablar por el micro me obligó a tener autocontrol. Nunca he sabido lo que era irse de fiesta con 19 años a pasarlo bien a una discoteca, no me gustaban, yo era deportista«.
El pinchadiscos también recuerda las sesiones de 8 horas seguidas de música, las pequeñas cabinas en las que trabajaba y los vinilos. Dio a conocer su música regalando cassettes a quienes aguantaban hasta el final en la discoteca. «La gente se las llevaba a cualquier parte y las ponía. ¡Nosotros inventamos las redes sociales! Una cinta de cassette te hacía ser embajador de tu estilo y de tu música«. De esta manera, Valencia se fue convirtiendo en una suerte de la Meca para los músicos más eclécticos. Ponían música por la que, en cualquier otra discoteca, «te tirarían piedras», pero también había espacio para géneros más pop. De hecho, una de las cosas por las que Bayo saca pecho es por haber hecho más accesibles los temas electrónicos más oscuros.
La Ruta del Bakalao murió a mediados de la década de los 90 y la relevancia de Chimo fue decreciendo. «Cuando llegas tan arriba luego hay un momento de bajón. Seguí actuando por ahí, pero la música se aceleró mucho. Hay veces en la vida que es muy importante ser auténtico, cuando tu ves que los estilos que hay no te gustan mucho y que es difícil que te llamen para una cosa u otra porque piensan que te has vuelto muy comercial. En esos momentos hay que relajarse y hacer otras cosas, todo viene, sin forzar la situación casi nunca». A pesar de ello, Bayo reconoce que desde 2007 no ha parado de trabajar: programas de televisión, festivales e, incluso, una marca de vinos llamada Hu-Ha.
¿Ha cambiado la fiesta desde la Ruta del Bakalao? Chimo cree que sí, pero también que es algo normal: «la gente evoluciona». Reconoce que las redes sociales le han decepcionado: «Cuando salieron pensé que iba a haber más variedad, pero parece que la gente está en dos o tres sitios. No hablemos de otros estilos musicales de los que no me gusta hablar». Sin embargo, no se refiere ni al trap ni a Rosalía: «Me parece muy bien la chica. Me imagino que habrá una empresa de marketing a lo bestia por detrás, pero la chica lo hace bien y se lo cree. Lo importante creerte lo que haces y, sobre todo, la gente joven debería creerse lo que hace».