Pedro Trapote, larga marcha al rey de la noche

Madrid
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Esta semana el nombre de Pedro Trapote y su discoteca Joy Eslava, emblema histórico del ocio de la capital, volvía acaparar los titulares de la prensa, por la puesta en marcha de unas obras de remodelación que la situarán a la vanguardia del ocio y tecnología, aprovechando el parón de la pandemia. Desde hace años sobrevuela tanto sobre esta sala como por su otro buque insignia, el Teatro Barceló, el rumor de una venta que parece no llegar nunca, aunque el empresario niegue la venta. Lleva 46 años dedicado al ocio nocturno y ha dejado claro en numerosas ocasiones que no piensa jubilarse y que confía en sus cinco hijos varones -de diferentes generaciones- para que continúen con su legado.

Uno de ellos, el mayor, que también se llama Pedro, fruto de su matrimonio con la venezolana Gisela Vethencourt, es ya la cabeza visible del Teatro Barceló, el antiguo Pachá. Y es que este atípico empresario de la noche, vallisoletano de cuna, empezó en el mundo de la banca, pero la abandonó en plena transición para dedicarse al ocio, con el que ha conseguido formar parte de la historia de Madrid e incluso recibir en 2011, la Medalla al Mérito Turístico, hasta ahora nunca otorgada a un empresario de su sector.

Gina Lollobrígida
Gina Lollobrígida

La discreción por bandera

Si de algo peca, es de discreto. Las paredes de sus locales son testigos de la movida madrileña y de los romances más sonados de la jet set de este país. Pero nunca escribirá unas memorias ni contará nada. La discreción ha sido su mejor inversión. Desde que estalló la pandemia ha defendido a su sector en todos los medios y foros que se lo han pedido, porque nunca ha querido capitalizar la noche pues hay mercado para todos. Con sus casi 300 empleados en ERTE y sin ningún otro tipo de ayuda y habiendo convivido con gobiernos de todos los signos, tiene la esperanza y la experiencia de que volverá a poner música y luz a la noche de Madrid que ha dejado de existir desde el pasado 14 de marzo.

Pedro Trapote y Begoña García Vaquero
Pedro Trapote y Begoña García Vaquero – GEN

Esta no es la primera batalla que le ha tocado lidiar. Joy Eslava nació tres días después del intento de golpe de Estado, el 24 de febrero de 1981, pasando a convertirse en uno de los centros neurálgicos de la movida madrileña y escenario del programa «Aplauso», por donde han desfilado artistas de lo más variopintos como Roger Moore, Pedro Almodóvar, Stevie Wonder o Julio Iglesias. Un jovencísimo José Coronado, entonces más modelo que actor, llegó a ejercer de relaciones públicas, o el Rey Felipe VI, que se marcó más de un baile en la pista con su entonces novia, Isabel Sartorius. La sala fue reconocida como el Studio54 de Europa, comparándola con la mítica neoyorquina. Luego llegó Pachá y las noches de los 80 se alargaron hasta el amanecer. Puso de moda salir con gafas de sol de la discoteca.

Trapote ha pinchado de todo, desde boleros a techno o rock. Siempre escuchando los gustos de los jóvenes de la época. Por eso, Teatro Barceló fue el escenario de la segunda temporada de la exitosa serie «Élite», protagonizada por un grupo de niños pijos que han conquistado el mercado latino gracias a Netflix.

José Sancho, María Jiménez, Victoria Vera en Joy
José Sancho, María Jiménez, Victoria Vera en Joy

Y nada mejor para la resaca que un buen chocolate con churros, por eso el empresario supo ver en la emblemática Chocolatería San Ginés, abierta 24 horas, para turistas y resacosos, un negocio cargado de historia. Por el recóndito e histórico pasadizo del centro de la capital han desfilado todo tipo de personalidades, una de las más especiales el presidente estadounidense Jimmy Carter y su familia de visita en nuestro país, en junio de 1980. En 2010 inauguró una Chocolatería San Ginés en Tokio, de ahí a Shanghái, Bogotá. Y hace unos meses conquistaron México DF. Trapote está tocado, pero no hundido. Larga vida al rey de la noche.

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