Termómetros y acceso solo con reserva y botella, la noche madrileña post Covid-19

MADRID
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La noche madrileña enmudeció el pasado viernes 13 de marzo cuando aún solo estábamos en el preámbulo de una pesadilla de la que será difícil despertar. Las pistas de baile se vaciaron, las bengalas de las botellas no volvieron a prender y algunos Dj saciaron el mono de pinchar celebrando sesiones en directo en Instagram. Han pasado siete semanas y la música aún tardará en sonar. La reapertura de discotecas se incluye en la última fase de ese galimatías bautizado como «plan de desescalada» con el que el Gobierno pretender devolver la «nueva normalidad» al país. A partir del 8 de junio, las discotecas podrán abrir con un tercio de su aforo. ¿Es rentable?

Nos ponemos en contacto con los templos del ocio capitalino, en cuyas salas se contonean modelos, actrices, futbolistas, influencers y rostros muy conocidos de la televisión. En la zona de Nuevos Ministerios, en la calle Hernani, entre paredes tatuadas de grafitis y osos pandas de neón, se dan cita Javier Hidalgo, Maxi Iglesias, Fonsi Nieto, Victoria de Marichalar, Noelia López… Desde Panda Club comienzan a esbozar un plan para el regreso. «Ningún negocio de hostelería es rentable al 30%. Si mantienen esta restricción va a estar muy complicado. Solo podrán entrar clientes con mesa y un consumo mínimo de 500 euros, con dos botellas para cuatro personas. Tendremos que intentar cubrir todos los gastos, porque el alquiler lo hemos seguido pagando. Buscaremos Dj con cachés más bajos. Ahora bien ¿por qué el transporte público puede ir al 100% de capacidad?», reflexiona el director de Panda, Carlos Vélez, quien recuerda que esta sala fue la primera en anunciar que no abriría días antes de que el Gobierno impusiera la obligación. «Nos parecía lo responsable y lanzamos el comunicado en Instagram el día 11 de marzo. Estaba programada la fiesta de aniversario con Bob Sinclar, Nano, Fonsi Nieto y cancelé todo». En Panda pinchaba también los jueves (día con un público más juvenil) Jorge Bárcenas, pareja de Victoria de Marichalar, por 100 euros la noche. No obstante fue despedido tras «traicionar» a esta sala y fugarse un jueves a poner su música en la competencia, en la sala Le Boutique.

Respecto a las medidas sanitarias que tomarán, lo tiene claro. «Hace mes y medio pedí que compraran 10 termómetros láser, mascarillas, geles. Lo de las mamparas es ridículo. ¿Las van a poner también en el metro? Igual de ridículo que con la ley antitabaco cuando los locales invirtieron miles de euros en peceras para luego quitarlas. El Gobierno no ha dicho nada de mamparas y seguro que esta campaña la ha sacado algún proveedor de mamparas», declara Vélez.

Sala Panthera, en la calle Miguel Ángel de Madrid
Sala Panthera, en la calle Miguel Ángel de Madrid – ABC

En la sala Panthera, imán de futbolistas como Courtois, Morata o Modric y modelos, también estudian ya su plan de reapertura, pero destacan la falta de concreción en las medidas del Gobierno. «Es precipitado hablar porque nos falta mucha información y aún el Ministerio de Sanidad tiene que dictar las medidas. Todos los hosteleros estamos un poco en vilo. Necesitamos saber si la reincorporación de los ERTE irán ligadas a las reducciones de aforo. Según la normativa, sólo podrán acceder clientes con reserva previa, y sin gente en la barra en la fase 1», declara el director de Panthera, Rubén Lantes. «Estamos estudiando si implantar arco de temperatura o termómetro láser, según recomienden. El personal trabajará con mascarillas y guantes, y se harán desinfecciones diarias del local, así como el uso de otros productos para lavavajillas, limpiadores de ozono y refuerzos de la limpieza de baños durante el servicio», apunta.

El Dj Kike Verdeal en la sala Gunilla
El Dj Kike Verdeal en la sala Gunilla – ABC

Al cerrar Panthera sobre las tres y media de la madrugada, muchos de los deportivos y cabify aparcados en la puerta ponen rumbo a Gunilla, en el Paseo de Recoletos, otro de los clubs más exclusivos de Madrid. «La dirección se plantea no abrir hasta septiembre. Con el 30 o 50% de aforo no es rentable, y además no quieren asumir el riesgo de que haya algún contagio. Nosotros tenemos también una terraza, Tayrona, pero con ese aforo sale más caro abrir», declara Kike Verdeal, Dj de Gunilla, quien también se ha visto muy afectado por la cancelación de las bodas.

«Mayo, junio y julio ya son meses perdidos. Sobre todo en lo que se refiere a bodas grandes que superan los 150 invitados. Las de agosto están en duda. Y muchas se están pasando a noviembre y también se están desplazando a los viernes», añade. Verdeal también es habitual en el cartel del festival de Starlite de Marbella. Su celebración aún está en duda. «Todavía no hay una decisión en firme, se está valorando la situación porque son muchos conciertos y la gala». La fiesta como la concebíamos antaño nunca volverá.

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