León Benavente inaugura los conciertos en Marmarela Alicante: «Las salas son clave para la salud cultural»

Este sábado se abre el nuevo ciclo Baltimore Live en Alicante y León Benavente se encargan de hacerlo con un fiestón en el que quieren hacer sudar y bailar al público. Luis Rodríguez, el guitarrista, reivindica que «las salas son clave para la salud cultural».

La propuesta de Baltimore Live ocupará la sala Marmarela en un ciclo por el que pasarán Siloé, Sexy Zebras y Malmö 040 en las próximas semanas. Y en el primer trimestre del año habrá más: Rufus T. Firefly, Ojete Calor, Barry B, Elyella, Quique González, Miss Caffeina y El Kanka, entre otros.

Rodríguez subraya que para él y su grupo, es «un honor inaugurar» el ciclo y esperan ser «el primero de muchos grupos que os vayan a ver». Y es que subraya que tocar en salas es fundamental para su proyecto.

A diferencia de los festivales, las salas permiten a los grupos «empezar a dar tus primeros pasos y a foguearte como músico». «Nos gusta mucho la energía íntima y de presión y de fuerza que se genera en una sala,» añade Rodríguez, destacando que para ellos es «algo muy importante tocar en salas».

En este caso, ellos pasarán a la historia del ciclo al ser los encargados de inaugurarlo. Y Rodríguez recalca que espera que sea especialmente memorable «por el concierto que queremos dar». Lo harán presentando su último álbum Nueva sinfonía sobre el caos.

El nuevo trabajo es un disco que la banda deseaba que fuera más bailable, tras el anterior que fue «más reflexivo» y «hecho en pandemia». «Teníamos ganas de hacer un disco que plasmase lo que hacemos en directo,» explica Rodríguez, buscando llevar el pulso de un concierto a la grabación.

Y asegura que lo están consiguiendo, como prueban que en esta parte de la gira en salas la respuesta del público es muy buena. Es «increíble» ver «la cara de felicidad a la gente al bailar y de enganchar a los temas».

Rodríguez describe la emoción que experimentan en estos formatos alejados de las decenas de miles de personas de un festival: «La cara de felicidad esa de de éxtasis, de sudor, de baile y de fiesta que es lo que pretendemos».

El éxito del disco también se traduce en una «reconexión con gente nueva,» pues están viendo a «gente joven que viene» y que «se sabe las canciones, que baila, que disfruta».

«Mucha gente me dice, ‘Es que nosotros pensamos que erais otra cosa.’ Claro, vienen al concierto y salen con agujetas«, celebra Rodríguez después de «trece años sin parar de tocar».

Y están de subidón encarando ya ir a tocar al Movistar Arena en Madrid. «Es una cosa que no habíamos probado y que nos apetece hacer». Eso sí, Rodríguez se muestra muy crítico con la presión de la industria musical por medir el éxito únicamente mediante los números.

«Si no haces un Wizink», en referencia al actual Movistar Arena, «o tus números en Spotify no son digitalmente relevantes, parece que hay algo que falla o que no está bien. Y a mí eso me parece una puta mierda como una casa de grande,» confiesa.