Las Fiestas del Pilar de este año terminaron por todo lo alto en Zaragoza. Pocas semanas después de los festejos, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento llegó cargada de facturas para varios locales de ocio nocturno.
Dos de ellos, ubicados en la ‘Zona’, son los establecimientos de ocio nocturno más populares entre los jóvenes: Tal y Cual y Babia. Ambos se vieron obligados a cerrar sus puertas a mediados del mes de octubre.
Para el primero se decretó el cierre cautelar por, supuestamente, causar «molestias y ruidos», mientras que el segundo -tal y como se señalaba en el orden del día- se procedió directamente a su clausura por no tener en regla la licencia de funcionamiento.
Ahora, casi un mes después y con Halloween, una de las fiestas más importantes para estos locales, de por medio, sólo el local Tal y Cual podrá volver a abrir sus puertas a partir de la semana que viene. Al menos, así consta en el orden del día de la próxima gerencia que se celebrará el próximo lunes.
Tal y como se señala, se levantará la medida de suspensión cautelar de la actividad tras subsanarse las deficiencias por las cuales se había procedido al cierre. No obstante, Babia seguirá cerrada (hasta nuevo aviso).
Este 2025 ya comenzó fuerte en el bar de copas de Francisco de Vitoria. En el mes de enero, la gerencia de Urbanismo ya le impuso una multa de 2.200 euros por sobrepasar la capacidad permitida en 80, 60 y 35 personas (siendo estas cifras de distintos expedientes acumulados).
Y, justo seis meses después, se le puso una multa de 601 euros por «sobrepasar durante 55 minutos el horario máximo de cierre establecido» por la normativa municipal.
Otros cierres
Tampoco podrá abrir todavía la discoteca Kenbo, que se vio obligada a devolver alrededor de 1.000 entradas el pasado fin de semana, tras derrumbarse parte de un edificio en el Tubo.
El edificio está situado en los números 12-14 de la calle de los Estébanes y esta semana ha sido declarado ruina inminente por el Ayuntamiento de Zaragoza. Según el informe técnico, el inmueble presenta «una degradación severa en todos sus cuerpos», especialmente debido a los materiales estructurales empleados, compuestos en su mayoría por madera, lo que ha acelerado su deterioro.
Por la zona en la que se encuentra y su estado, la rehabilitación consistirá en trabajos «manuales y delicados», según los técnicos. La duración estimada es de alrededor de un mes, aunque el plazo podría acortarse en función de la evolución del inmueble.
Una vez completada esta fase, se prevé recuperar la actividad de los negocios hosteleros afectados -Kenbo entre ellos- y reabrir la calle, siempre que la seguridad esté plenamente garantizada.