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Masturbarse en parques ante personas adultas, exhibirse de forma obscena, fotografiar debajo de las faldas sus partes íntimas, acorralar con fines sexuales … son ataques de violencia sexual que no recoge el Código Penal y, por eso, la Generalitat catalana quiere ponerles coto y endurecer su persecución por vía administrativa.
Por eso, la Generalitat ha creado un nuevo protocolo -presentado ayer por el consejero de Interior, Miquel Buch, y la titular de Presidencia, Elsa Artadi- con el que pretenden detectar, prevenir y combatir por vía administrativa estas prácticas que se puedan dar en espacios públicos y de ocio. El protocolo tiene como objetivos principales, además de establecer mecanismos de prevención a través de la formación de profesionales, identificar las conductas que deben ser sometidas a sanciones administrativas y mejorar las herramientas para combatir a los agresores sexuales en espacios de ocio.
13.000 vigilantes
Para ello, la Generaltitat formará a más de 13.000 vigilantes, porteros y Mossos d’Esquadra con el objetivo de que estén mejor preparados para prevenir y combatir la violencia sexual y machista en fiestas y discotecas. De esta formación se encargará el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña. Se centrará en sensibilizar al personal, dotarles de herramientas para detectar posibles casos y enseñarles a tratar con las víctimas, según explicó el director general de Administración de Seguridad de la Generalitat, Jordi Jardí.
Tienen previsto formar a 10.000 profesionales de seguridad del ámbito público -y a 1.900 más del mundo local-, además de unas 800 personas del ámbito privado.