Si alguien ajeno al reguetón no sabía qué era Perro Negro, el mundo entero terminó por enterarse cuando Bad Bunny, en octubre de 2023, le puso a la canción número 19 de su último álbum Nadie sabe lo que va a pasar mañana el nombre de esta famosa discoteca de Medellín.
Lugar donde dentro de unos días va a abrir Perro Negro, la mayor discoteca de reguetón de Madrid.
Nieves Díaz
Samuel Granados (Medellín, 30 años), uno de los tres fundadores de Perro Negro, recuerda el día del lanzamiento a la perfección: «Abrí el celular y me empieza todo el mundo a bombardear. Marica, ¿qué está pasando? Cuando lo miro dije lo que decimos nosotros en Medellín: ¡Ay, gonorrea! Esto es una cosa ya muy seria».
Pero lo cierto es que esta discoteca ya era conocida como el ‘templo del perreo’ al que peregrinaban a Medellín los reguetoneros más famosos y el lugar de referencia de artistas mundialmente famosos como Karol G, J Balvin, Maluma o Feid.
De hecho, para convertirse definitivamente en «la Meca del reguetón en el mundo», Perro Negro desembarca por primera vez en Europa, escogiendo Madrid como su primera sede. Tras su reciente apertura en Miami, este jueves 14 de noviembre inauguran una discoteca en pleno barrio de Salamanca. «Traemos un producto que no existe. Subimos de nivel al reguetón», asegura Samuel Granados.
Entradas secretas
Lo hacen por todo lo alto, trayendo aviones fletados desde Colombia con 250 invitados —entre los que habrá influencers y artistas muy conocidos, como Luigi y Alexis y Fido—, para presenciar lo que va a ser una de las grandes aperturas que acogerá la capital este año.
«Son cuatro días de inauguración, hasta el 17 de noviembre», apunta Granados, que ha aterrizado esta semana en Madrid para ultimar detalles.
Su inversión ha sido de 5 millones de euros en este nuevo local ubicado entre las calles de Don Ramón de la Cruz con Velázquez. La discoteca de Madrid es una réplica a la de Medellín, aunque ampliando su aforo a 300 personas.
«Es un sótano de techos bajos y oscuro para bailar recogiditos. El altar del DJ está en el centro y junto a él, la zona VIP. Es un lugar clandestino sin ninguna señal grande o cartel, con varias entradas y salidas», explica Granados, mientras se lo muestra a Madrid Total por primera vez y todavía medio en obras.
De esta manera, el nuevo lugar tendrá un acceso exterior a la calle Don Ramón de la Cruz y dos internos desde dos conocidos restaurantes de la calle Velázquez.
Para entender el concepto, su cofundador cuenta la anécdota de cuando Bad Bunny «‘rumbió’ como si no fuera Bad Bunny». Huyendo del lujo y volviendo a los instintos más primarios que despierta esta música, en su discoteca, se puede bailar y ser uno mismo. «No nos importa quién esté. Hacemos como si no fueran famosos. Es oscura y clandestina. No nos gusta mostrar».
Ejemplo de ello fue la noche que estuvo este cantante en su local de Medellín. Prohibieron las fotos y el puertorriqueño «lo pasó muy bueno. Se rompió y perreó» con todo el mundo. «Esa es la magia de Perro Negro».
Samuel Granados, en la puerta junto a la discoteca Perro Negro.
Nieves Díaz
Amantes del reguetón
Aunque pueda sorprender, no había discotecas de reguetón en Medellín. Samuel, un amante de este género desde que tiene uso de razón —»al salir del colegio compraba los CD piratas con canciones de Don Omar y Héctor«— empezó a montar fiestas puntuales y clandestinas para sus amigos a los 18 años mientras estudiaba Economía y jugaba a nivel profesional al fútbol.
A los 22 años, sus amigos, Alejandro Cardona y Manuel Buitrago, se convirtieron en socios, y recuperaron el nombre de una de las tabernas de maleantes más emblemáticas de Medellín que abrió allá por los años 20. «Perro Negro tiene una historia más allá de que somos una discoteca. Contamos cosas de Medellín que la gente no conocía».
«Es una discoteca que en este momento caben 200 personas. Es relativamente pequeña. Un sótano en un edificio de oficinas, el cual hoy es la calle Provenza, que es muy famosa», recuerda el colombiano. Pusieron tan de moda la calle hasta el punto de que Karol G tiene una conocida canción con su nombre.
Ahora, los tres jóvenes dirigen The Hacienda Co. La empresa, con 550 empleados, ya cuenta con cuatro discotecas (tres de Perro Negro), tres restaurantes y un bar. Pero no son sólo un club de ocio nocturno. También son productores musicales, están grabando un documental que pronto llegará a las grandes plataformas y cuentan con Perro Negro Experience, donde organizan eventos emblemáticos como fue el Madison Square Garden en Nueva York junto a Feid, el Hard Rock Stadium durante la final de la Copa de América con Shakira o el after party oficial del último récord de Karol G de cuatro sold outs en el Santiago Bernabéu.
Samuel Granados, durante la entrevista con Madrid Total.
Nieves Díaz
La próxima semana, la Milla de Oro madrileña vivirá la inauguración de otra gran discoteca después de la reciente reapertura de Gabana. Perro Negro, acogerá a la jet set madrileña y colombiana el próximo fin de semana con diversas fiestas con artistas invitados, cenas en Salvaje y Rhudo, con la guinda de un gran cocktail en el castillo de Soto de Viñuelas el domingo.
Su entrada costará 30 euros y tiene previsto generar 50 empleos directos y 100 indirectos, priorizando la contratación de personal latinoamericano como guiño a sus raíces.
Como dice el colombiano Samuel Granados: «Madrid está preparada para el reguetón», ya que es el «epicentro» de esta música en Europa.