El nuevo restaurante en el que descubrir los sabores y ritmos latinos más puros: cócteles y pescado frito

MamaQuilla forma parte de la nueva era de restaurantes que ofrecen una experiencia 360 al cliente. La comida, los cócteles, la música y la decoración son un viaje a Latinoamérica en este elegante local que ha abierto hace escasos días sus puertas en la calle José Abascal, 61.

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El viaje por las Américas comienza nada más traspasar el umbral del local. La zona de ‘El Patio’ da la bienvenida con paredes de colores y balcones adornados con flores; el lugar más informal para comer en barra y mesas altas. Los cinco sentidos reciben cientos de estímulos: el color, la música, la vegetación y, el murmullo del agua, que emana de una fuente situada en la entrada.

Tras una puerta de estilo colonial se encuentra ‘La Estancia’, donde el comensal se rodea de todo el glamour y la majestuosidad para comer ya sentado a la mesa y disfrutar de breves espectáculos, cada 30 minutos, marcados por esa música autóctona, que enriquecen aún más la experiencia. Por otro lado, el espacio cuenta con una sala multifuncional, que sirve como sala de uso privado, zona para eventos, galería de arte situado en el ‘Primer Piso’.

Interior del salón de MamaQuilla.


Interior del salón de MamaQuilla.

MamaQuilla

Los chefs han ideado para MamaQuilla una oferta gastronómica que parte de una base latina, con recetas de Perú, Guatemala, México, Ecuador, Colombia y más países vecinos, pero elaboradas con materia prima nacional de alta calidad. Para ello, el equipo de cocina procede de países latinoamericanos y los chefs ejecutivos, Joaquín Serrano y Jorge Velasco, han trabajado en países como Ecuador con distinguidos chefs como Ramón Freixa y realizado innumerables viajes a este continente.

Los platos están ideados para compartir, como en la cultura latina, y con un toque picante en muchos de ellos. Los entrantes más exóticos se encuentran en bocados como la gilda que se perdió en Machu Picchu, los totopos con guacamole y las arepitas de rabo de vaca.

En la carta fusión destacan el pescado costeño frito entero con mayonesa de ají amarillo; el ceviche verde de pargo, dados de aguacate tatemados, tirabeques y achiote; y la causa limeña en directo con carabinero, salsa botija y chips de patata violeta. Por su parte, el sumiller Luis Diez ha dado forma a una bodega con unas 120 referencias internacionales que acompañan a la perfección lo que se hace en los fogones. El precio medio por persona ronda los 40 y 60 euros.

Además, la fiesta continúa hasta que amanece en la pista de baile con DJ y, sobre todo, de la mano del bartender Juan Olmos. Su carta de atrevidos cócteles sigue el viaje por el continente americano, donde destacan los rones, los tequilas y los mezcales, protagonistas de elaboraciones como Oaxaca, Cartagena de Indias o Río de Janeiro. Todos ellos tragos elegantes, frescos, especiados y picantes.

Ceviche verde


Ceviche verde

MamaQuilla

Pasión por latinoamérica

Este proyecto surge de la pasión que sienten por Latinoamérica los dos socios Dachi Cortés y Nacho López, fundadores del local, que cuentan con varias décadas de experiencia dedicadas a la hostelería.

Según informan desde el restaurante, el pilar sobre el que se sustenta esta nueva apertura es sobre la figura de MamaQuilla, la diosa inca de la luna y protectora de la mujer. Una conexión que se establece para poner en valor la cocina tradicional de la mano del rico recetario latinoamericano, impulsada en sus orígenes por las mujeres.

MamaQuilla es, en definitiva, un homenaje a los orígenes hecho en una cocina a fuego lento, donde el comensal conocerá la gastronomía de Latinoamérica.

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