Los adolescentes habían alquilado el espacio, un antiguo bar, en Retiro
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La festividad de Halloween tiene, pese al disgusto de parte de la población española, cada vez más raigambre en nuestro país. Por ello, el Ayuntamiento de Madrid tenía un dispositivo preparado para el pasado fin de semana y este puente de Todos los Santos. Según los primeros datos recabados por ABC, las fiestas se han llevado a cabo con relativa normalidad y sin grandes sustos.
Una de las excepciones, sin embargo, ha tenido como escenario el número 19 de la calle de Jesús Aprendiz, entre Conde de Casal y Doctor Esquerdo (distrito de Retiro). Fuentes policiales indican a ABC que la madrugada de ayer, sobre las tres, se recibieron en la sala del 092 numerosas llamadas de vecinos. Se quejaban del gran ruido que provenía de un antiguo bar, ya clausurado y sin licencia de actividad, que les impedía conciliar el sueño.
Una primera patrulla de la Unidad Integral del Distrito de Retiro se personó en el punto de referencia. Cuando entraron en el espacio, contaron hasta 74 personas. Habían alquilado el establecimiento para celebrar Halloween. Pero el verdadero problema es que, de ese total de asistentes, un total de 48 eran menores de edad, adolescentes. Y que estaban consumiendo alcohol, y bastante, pese a que la ley se lo prohíbe.
Los policías municipales tuvieron que pedir que acudieran otras dos patrullas de la UID del distrito, habida cuenta de que necesitaban refuerzos para realizar el conteo, el desalojo y dar el aviso a los padres de todos los menores. No se les pudo sancionar, porque le ley establece multas cuando se bebe alcohol en la vía pública, pero no en un local privado que, además, ellos habían alquilado, precisan fuentes del caso.
Otro asunto es si corresponde notificar a la Fiscalía de Menores los expedientes correspondientes en caso de que se perciban elementos que lleven a pensar que esos chicos estaban en situación de desamparo por parte de sus progenitores o de sus tutores legales.
Dispositivo de 270 agentes
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, informó el lunes pasado de que 270 agentes de la Policía Municipal se dedicarían durante la noche de Halloween a inspecciones los locales de ocio para garantizar que se cumpliera con las debidas condiciones de seguridad.
El dispositivo se ha centrado en tratar de «garantizar la seguridad y tranquilidad» en discotecas y locales donde se celebraban fiestas de esta índole.
Además, se incrementaría la presencia de la Policía Municipal en los cementerios, que lógicamente tuvieron una gran afluencia de público, sobre todo, ayer, día de Todos los Santos. «Estamos hablando de 400 policías a lo largo y ancho de los cementerios de la ciudad para garantizar que todos los que quieran ver a sus seres queridos lo puedan hacer», señaló Almeida.