«Pregunta por Ángela»: las nuevas armas de las discotecas para evitar el acoso sexual


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¿Alguna vez han calculado cuántos días se sale de fiesta por la noche en España?Según las estimaciones de la patronal del ocio nocturno en España, Spain Nightlife, entidad que se formó hace cuatro años y que agrupa a las principales salas de fiesta y discotecas del país, son 150 noches de promedio al año. Quince millones de personas se mueven durante ese tiempo festivo. La juerga conlleva, en muchas ocasiones, alcohol, drogas y acoso. Pero la patronal quiso desmentir ayer, con la presentación de un estudio, algunos «mitos» creados en torno a esas situaciones contra la libertad sexual e intimidad de las mujeres: el dato que han computado entre el personal de acceso, seguridad y laboral de los locales evidencia que el acoso cayó un 11,84% en 2018 respecto a 2017. Pese al descenso, el sector se está rearmando, anunció el presidente de la patronal, José Luis Benítez.

En esta transformación, las salas están incoporando ya medidas de seguridad como un protocolo de prevención del acoso y posibles agresiones sexuales en las discotecas que se llama «Pregunta por Ángela» («Ask for Angela», que proviene del ángel protector), importado de Gran Bretaña. Opera, por ejemplo, en ocho discotecas de Barcelona. Consiste en que la persona que se siente acosada se dirige a la barra y solicita auxilio con un código sencillo: «Pregunta por Ángela». El personal, formado con un protocolo internacional, activa las medidas de protección de la víctima, separándola de su presunto acosador.

Según la ONU, en España hay unas mil violaciones al año. De acuerdo con el informe del sector del ocio, solo cuatro casos se producen dentro de las discotecas. Contrasta mucho esta cifra con las de otros estudios, como el del Observatorio Noctámbul@s, que concluyen que el 80% de las chicas acosadas lo han sido estando de fiesta. Y son mujeres porque no se ha computado ni una situación de acoso de una mujer a un hombre en una discoteca, señaló con contundencia Benítez, quien se aferró a que los casos registrados en el interior de los locales son «residuales», aunque sí matiza que muchas de las situaciones no se producen dentro, sino en los aledaños y accesos.

De hecho, crecen un 40% las agresiones sexuales cometidas a cien metros de las salas, señala la patronal. El 50% de los casos de acoso que sí fueron detectados se produjeron dentro del baño de las discotecas, «una situación sobre la que estamos trabajando para ponerle freno», aseveró el secretario general de Spain Nigthlife, Joaquim Boadas.

El estudio presentado ayer no ofrece datos globales, a pesar de haber contabilizado las situaciones sufridas en 170 salas, diez por autonomía. Donde más se contuvo el acoso fue en las salas de Madrid y La Rioja, y permaneció igual en los espacios lúdicos de Cataluña, Andalucía e Islas Baleares. La patronal es consciente de que su informe no tiene más base científica que las denuncias presentadas por las víctimas en los establecimientos (y no es una práctica habitual, dicen, porque solo llegan a denunciar los hechos un 1% de las víctimas), sumadas al recuento de las veces que el personal de seguridad de las discotecas ha expulsado a alguien que estaba creando una situación incómoda.

Multas disuasorias

«Aestas personas no se les vuelve a permitir la entrada, cumpliendo con el derecho de admisión –especificó Boadas–. Y el sector también demanda un endurecimiento de las sanciones por acoso sexual. Pedimos que se eleve la multa actual de 100 a 600 euros a una sanción de entre 601 y 30.000 euros (en el caso de las infracciones más graves), puesto que esta medida aumentará el efecto disuasorio», comentaron ambos responsables, dueños de locales de ocio nocturno.