dos apuñalados en una semana
bugallo: «vivimos un momento social complicado»
Habrá más patrullas en la calles el fin de semana y se controlará la entrada de menores en los locales, pero se descarta la existencia de «zonas calientes»
Dos apuñalamientos en cuestión de una semana, con un hombre de 31 años fallecido y un menor de edad en estado grave, explican la premura con la que este lunes se reunieron el alcalde de Santiago, la subdelegada del Gobierno en Galicia y los comisarios de Policía Nacional, Local y Autonómica para buscar soluciones inmediatas ante una escalada de violencia inédita en la capital. Aunque las investigaciones dejaron claro que no existe vinculación entre los dos sucesos -el del día 2 y el de la madrugada del pasado domingo- el regidor compostelano, Xosé Sánchez Bugallo, sí reconoció al término del encuentro que «vivimos un momento social bastante complicado». Con los móviles de estos ataques aún por determinar, el alcalde incidió en que «hay una agresividad a flor de piel, y eso se manifiesta en temas que antes se resolvían con una simple discusión». Para relajar la situación, la Policía Autonómica -con competencia en menores- se sumará a la Local y la Nacional en los dispositivos especiales de seguridad del fin de semana. Es la primera de las medidas adoptadas, que se ampliará con un control más férreo del acceso a los locales de ocio nocturno por parte de los menores de edad. «Eso nos preocupa» concretó Bugallo, por lo que una de las prioridades de los agentes será colaborar con los responsables de los locales exigiendo la documentación a sus clientes.
Aunque la vigilancia se dejará notar en toda la capital a partir de la noche del jueves, las patrullas actuarán con especial énfasis en la zona del Ensanche, donde tuvieron lugar las dos agresiones. Una coincidencia, a ojos de los participantes de la reunión, que descartaron que en la ciudad existan «zonas calientes». Tampoco lo consideran así los hosteleros, que viven los sucesos de los últimos días con preocupación, pero con las espaldas cubiertas y convencidos de que se trata de dos infortunios que no responden a la realidad social de Compostela. «Vivimos en una ciudad muy tranquila en la que no hay zonas más conflictivas ni calientes. Es más, el último ataque ocurrió en la discoteca de moda de los universitarios. Aquí todos los locales cumplen los horarios y las discotecas cuentan con porteros, vigilancia, seguridad y cámaras, se hizo un desembolso y hay un despliegue para que sean entornos seguros» indicó en declaraciones a ABC Thor Rodríguez, portavoz de Hostelería Compostela.
El gremio descarta de plano que exista un problema de seguridad ciudadana y anota que las peleas «no definen la noche en Santiago, que suele ser tranquila y sin reyertas». Sobre la puesta en marcha de un refuerzo policial, Rodríguez indicó que «nuestra sensación es que somos una ciudad bien vigilada, sobre todo en horario nocturno, y en la zona de discotecas conocidas como Ruta, Maycar o la propia Vanitas, donde es muy habitual encontrar presencia policial». Diferente es la visión que tiene el BNG compostelano, cuya portavoz lamentó la «sensación de inseguridad» que existe entre la ciudadanía de la capital. Para Goretti Sanmartín la radiografía del escenario es clara y exige «una mayor y mejor coordinación», de forma que «haya una respuesta importante por parte del gobierno al respecto de cuestiones de violencia y tráfico de drogas, de temas que tienen que ver con problemas en las calles», de manera «muy particular» en el Ensanche. «Son situaciones que no se pueden tomar como hechos aislados», avisó. En línea con sus quejas, el candidato del PP a la alcaldía de la ciudad, Borja Verea, exigió «responsabilidades» después del segundo de los altercados y criticó que la reunión de coordinación mantenida ayer «llega tarde». «En el Ensanche hay puntos concretos y horas específicas que llevan ya mucho tiempo siendo peligrosas, con denuncias y advertencias de que los conflictos eran constantes noche tras noche, y sin reforzar nunca la presencia policial» se quejó el popular.
Sus reclamaciones conectan con las primeras reacciones a los dos sucesos callejeros y explican que este martes el jefe superior de Policía de Galicia, Ramón Gómez Nieto, presida una reunión en la que también estará presente el delegado del Gobierno en la Comunidad, José Miñones, además de comisarios provinciales y locales. En la cita se abordará con toda probabilidad la polémica levantada a raíz de la muerte de un joven y el apuñalamiento de otro, después de las que Miñones recalcó el aumento de 244 a 254 agentes de la Policía Nacional destinados a la capital. Pero esta cifra, reprochan los sindicatos policiales consultados, es insuficiente. Los agentes se quejan de que el catálogo de puestos no está actualizado y exigen 300 efectivos para cumplir con los requerimientos de la calle. Además, denuncian que la situación empeoró cuando las restricciones de la pandemia se levantaron, con «gente más nerviosa, que salta más en caliente» y complica las intervenciones. Sobre las nuevas medidas propuestas, afean que «no hay medios humanos» para completar esos turnos y que «en cuanto al tema de los menores, por ejemplo, solo hay dos compañeros para toda la comarca de Santiago, que abarca muchos municipios».
Toma de declaraciones
El menor herido este fin de semana se encuentra estable dentro de la gravedad en el hospital de Santiago después de que tuviese que ser intervenido de urgencia por una cuchillada de tres centímetros que obligó a extirparle el bazo. Su presunto agresor seguía, a última hora de este lunes, en comisaría. Fuentes policiales concretaron a este diario que durante la jornada de ayer se le tomó declaración a varios testigos de lo sucedido y se citó a alguno más para acabar de componer lo sucedido y poder remitir las diligencias al juzgado encargado del caso. Los responsables de la investigación también estaban pendientes del visionado de alguna de las cámaras de seguridad de la zona donde se produjo el ataque.